Semana Seis: El Espíritu Santo y la Última Cena

Versículo para memorizar:

“Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad.”

Passage

En la Última Cena, Jesús quiere dar Sus instrucciones finales a los discípulos antes de enfrentar Su muerte que se acerca. Él quiere prepararlos para cuando Él se haya ido físicamente. Pero ellos no entienden. (He organizado el pasaje en formato de diálogo) ¡Escucha!

Jesús: No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy.

Tomás: Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?

Jesús: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto.

Felipe: Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta.

Jesús: Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Hombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.
Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes.
No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes sí me verán, porque yo vivo y también ustedes vivirán. Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí y yo en ustedes. El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.

Judas (no el Iscariote): Señor, ¿por qué te vas a manifestar a nosotros y no al mundo?

Jesús: El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió.
Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho. (Biblia “El libro del Pueblo de Dios”)
Evangelio de Juan 14:1-26

Preguntas para la meditación:

1) P: Padres, si pueden, por favor impriman este increíble diálogo y, si hay cuatro de ustedes, (o incluso dos) asignen los roles de Jesús, Tomás, Felipe y Judas (no el Iscariote). Hagan una lectura exhaustiva. antes de las preguntas. Háganlo una segunda vez y dejen que las palabras penetren. ¿Qué trata de decirle Jesús a sus amigos y discípulos más cercanos? R: Las respuestas variarán.

2) P: En este diálogo, Nuestro Señor tiene mucho que contar a los discípulos. Pero Él está hablando en un nivel y ellos están escuchando en otro nivel. Él está hablando en un nivel celestial o divino usando imágenes como “casa” y “lugar” y ellos están pensando en el nivel visual, geográfico. P: En la plenitud de la Revelación Divina, ¿cómo responde ahora la Iglesia a las siguientes preguntas de los discípulos? 1) ¿Qué representa la imagen, “La casa de mi Padre”? R: La vida eterna, que llamamos “Cielo”. 2) ¿Hacia dónde va Jesús? R: A la Vida Eterna/Cielo que nosotros y ellos no podemos ver. 3) ¿Por qué ellos (y nosotros) no podemos ver al Padre? R: Porque Dios Padre (y después de la Ascensión, Jesús) es Espíritu verdadero; no podemos ver a Dios. 4) ¿Por qué Jesús se reveló a los discípulos y no al mundo? R: El Señor se revela sólo a los que le aman y guardan su palabra, es decir, obedecen sus mandamientos.

3) P: ¿Qué quiere Jesús que hagan sus discípulos después de dejarlos? R: Él quiere que ellos se mantengan en relación con Él, a través de las palabras que Él les enseñó y a través de la oración. P: Para poder lograr esta relación espiritual, ¿qué mandamientos les dio Jesús a los discípulos? Hay cuatro de ellos. ¿Puedes encontrarlos en el diálogo? R: 1) “No se inquieten” (¡La gente de fe está NO DEBE estar preocupada y ansiosa! Lo reemplazamos con oraciones de petición y confianza). 2) ¡Crean en Dios Padre y en Jesús Hijo! 3) ¡Amen a Jesús! y 4) ¡Guarden sus mandamientos!

4) P: ¿Qué promesas hace Jesús a los discípulos en el diálogo de la Última Cena? Hay cinco. P ¿Puedes encontrarlas? R: 1) “Yo voy a prepararles un lugar” (el cielo) 2) “Volveré otra vez para llevarlos conmigo” (Segunda Venida) 3) “El que cree en mí hará también las obras que hago” (santos y milagros) 4) “Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré”. y 5) El Padre enviará al Paráclito, el Espíritu Santo. Nosotros los cristianos podemos reclamar todas estas promesas. P: ¿Las reclamas?

5) P: San Juan Evangelista, escribiendo en griego, usó la palabra parakletos que se traduce como Paráclito o Abogado. Ya sea una u otra traducción, un paráclito es una persona que alienta o convoca a otra persona. Así que el Espíritu Santo tiene varios nombres. P: ¿Qué dice Jesús que la obra del Espíritu Santo? R: “les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho”. Nuestro Señor sabía que los discípulos no podían entender todo lo que les estaba diciendo antes de morir. Así que por el poder del Espíritu Santo, los discípulos fueron capaces de recordar las palabras de Jesús más tarde y fueron instruidos en su significado espiritual.

6) P: ¿Cuándo y dónde cumplió Jesús su promesa de enviar el Espíritu Santo a los discípulos? R: En el Cenáculo con María y muchos más discípulos, hombres y mujeres, en Pentecostés (ver Semana Uno del Desafío Bíblico Familiar) ¡Por eso nació la Iglesia! P: ¿Alguna vez has sentido el poder del Espíritu Santo moverse en tu mente y corazón? Podemos invocar al Espíritu Santo en cualquier momento que necesitemos ayuda, poder e inspiración con esta oración:

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la Tierra.
Oh, Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo;
concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


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